CONCEPCION Y EVOLUCION | HISTORIA
En cuanto a Duchovny, el actor mostraba poco entusiasmo en aquel momento por trabajar en una serie de televisión. Su carrera cinematográfica había dado un giro prometedor con Kalifornia, que protagonizó junto con Brad Pitt. El de Expediente X fue el único guión de piloto que su representante decidió enviarle aquel año. “Lo leí y pensé que era una buena historia y que los ovnis aburrirían al cabo de tres o cuatro episodios -recuerda Duchovny-. Pensé que podría permanecer un mes en Vancouver, cobrar y rodar mi siguiente película.”
Se desataron más debates sobre Scully. Greenblatt sabía que el personaje “debía ser real”, como el de Jodie Foster, ganadora del Oscar a la mejor actriz, en El silencio de los corderos, aunque algunas personas relacionadas con Expediente X insisten en que la Fox quería encontrar una mujer de bandera, capaz de aparecer en programas del estilo Melrose Place. Si bien algunos directivos de la Fox buscaban el equivalente de Pamela Anderson en Guardianes de la Bahia, Carter y el jefe de casting de la Twentieth Television, Randy Stone, se decantaron de inmediato por Gillian Anderson, una actriz de veinticuatro años, prácticamente desconocida en televisión, aparte de una aparición como estrella invitada en la breve serie de la Fox Class of ‘96.
“Cuando entró en la habitación, supe que era Scully -afirma Carter-. Lo intuí... Poseía una gran intensidad. La intensidad siempre traspasa la pantalla.”
Anderson también tenía sus reticencias hacia la televisión, pero las circunstancias las habían atenuado. El trabajo cinematográfico escaseaba, y su cuenta bancaria menguaba a marchas forzadas. La actriz confiaba con que unas pocas semanas de trabajo en un programa de televisión aumentarían su prestigio cuando se presentara para papeles en la gran pantalla.
Anderson no sospechaba siquiera la batalla que se libraba entre bastidores para incluirla en el reparto. Carter afirma, que “tuve que poner en juego mi carrera para contratar a Gillian”, y aún se complace en “haber demostrado que sus detractores estaban equivocados”.
Había entre quince y veinte personas en la habitación cuando Anderson y otras actrices leyeron su papel. Después de las audiciones, Carter la señaló como su preferida. Como la Fox aún no estaba convencida, hicieron otra sesión con Anderson (en aquel momento, sólo vagamente consciente de lo que sucedía, entre bastidores). “No veían el conjunto -explica Carter-. Había una actriz que realizó un trabajo estupendo, pero en mi mente no era Dana Scully.” Finalmente, Carter dijo: “Mirad, ésta es la persona que quiero. Ésta es Dana Scully.” Todo el mundo lo miró y dijo: “De acuerdo.”.
Aun así, las dudas y recelos no se disiparon y Carter se sintió como si fuera “yo contra el resto del mundo” en aquella habitación. Había millones de dólares en juego, y faltaban escasos días para que se iniciara el rodaje del episodio piloto. Anderson recibió la noticia de que había sido elegida un jueves y tomó un avión para rodar el piloto dos días después.
“Probamos a muchas actrices”, dice Greenblatt, y añade que los ejecutivos decidieron visionar una y otra vez el episodio de Class of ‘96, puesto que era la única filmación de que disponían para juzgar a Anderson.
De todos modos, las reticencias sobre Anderson no se acabaron con su inclusión en el reparto. Incluso cuando empezaron a llegar las secuencias rodadas del piloto, existía, explica Roth, “un tremendo rechazo hacia Gillian” en ciertos ambientes; dudas sobre si el personaje era demasiado frío, o si la actriz llegaría a gustar. De hecho, Carter recuerda haber oído críticas hacia Anderson una vez concluido el piloto.
Otro punto de fricción estribaba en la naturaleza de la relación entre los dos protagonistas. Carter insistía en que debía ser platónica en todo momento, pese a quienes le azuzaban a introducir más química sexual. “Chris aseguró desde el primer momento que no sería Luz de luna”, comenta Greenblatt.
“Una gran parte de mi trabajo durante el período comprendido entre agosto y mayo consistió en proteger el programa de eso -afirma Carter-. Yo era la voz en el desierto que proclamaba la imposibilidad de una relación romántica entre aquella pareja. No puede existir auténtica tensión sexual, pues de lo contrario el programa no funcionará. En cuanto se miren con ojos de cordero degollado, se negarán a salir a cazar alienígenas. La relación suplantará o subvertirá lo que convierte a la serie en algo grande, que es la investigación de los casos. “
Carter creía haber dejado claro en el piloto, en la escena en que el personaje de Anderson irrumpe en la habitación de Mulder en un momento de pánico vestida sólo con una túnica, que nunca permitiría que Mulder y Scully se transformasen en la versión FBI de Cheers. La reacción fría del agente imponía un tono que el productor deseaba mantener en los siguientes episodios. Aunque la batalla parecía ganada, una sinopsis publicada por el Departamento de Prensa de la Fox, justo antes del estreno de la serie, describe así la relación entre Mulder y Scully: “Progresivamente más compleja, emerge poco a poco como: una mezcla impetuosa de competitividad profesional, réplicas agudas y mutua atracción, reforzada por la intensidad de su misión y la estrecha proximidad en que trabajan.”
© copyright 2008
La mayoría de las fotos, personajes e historias son propiedad intelectual exclusiva de la Twentieh Century Fox Film Corporation [http://www.thexfiles.com], por lo que este sitio no es oficial y pretende ser un homenaje de fans al programa de THE X-FILES.